La edad moderna en España resumen y tema

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La edad moderna en España resumen y tema

LA EDAD MODERNA EN ESPAÑA. LOS REYES CATÓLICOS, EL REINADO DE LOS AUSTRIAS Y LOS PRIMEROS BORBONES (SS. XVI, XVII Y XVIII).

EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS.

La unión de las coronas de Castilla y Aragón.

A finales del siglo XV la Península estaba formada por los siguientes reinos: la pequeña y débil Navarra, el reino de Granada, en crisis desde hacía más de cien años; Portugal, un país floreciente y cada vez más orientado a la navegación por el Atlántico y, por último, las Coronas de Castilla y Aragón, posiblemente los reinos peninsulares de mayor peso político.

En el año 1466 se produjo un hecho de importantísimas consecuencias: el matrimonio entre Fernando de Trastámara, heredero de la Corona de Aragón, y su prima Isabel de Trastámara, la hermana del rey de Castilla. Esta última, después de una larga guerra contra su sobrina Juana (que era la verdadera heredera del trono), acabaría convirtiéndose en reina de Castilla.

Este matrimonio tuvo, como ya hemos dicho, una enorme importancia porque unió los reinos de Castilla y Aragón y formó, por lo tanto, la célula de lo que tiempo después sería España como estado y como nación. No obstante, hay que decir que durante mucho tiempo la unión de ambos reinos fue meramente dinástica: dos países distintos pero con los mismos reyes. De hecho, durante mucho tiempo Castilla y Aragón conservaron, cada uno, sus propias leyes, instituciones, moneda y lengua oficial. Incluso los castellanos eran considerados extranjeros en Aragón y viceversa. Los Reyes Católicos nunca usaron la palabra “España” para referirse a sus reinos (en sus documentos acostumbraban a emplear términos como “nuestros reinos”, “nuestra corona”, “nuestros territorios”, pero nunca “España”). Además, no debemos olvidar que, al morir Isabel, Fernando estuvo a punto de abandonar Castilla y volverse a Aragón, separando de nuevo ambos reinos.

Por último, la unión de ambas coronas nunca fue una unión entre iguales: Castilla había padecido la crisis y la peste mucho menos que Aragón y, en consecuencia, era el país más fuerte. Así, Isabel y Fernando vivieron siempre en Castilla y educaron allí a sus hijos, que crecieron hablando sobre todo castellano, y fue también en este reino donde se tomaron todas las decisiones. Eso nunca gustó a los habitantes de la Corona de Aragón, que se sintieron abandonados por su rey. Con frecuencia las relaciones entre los dos reinos fueron muy tensas. Pero eso no impidió que Isabel y Fernando centraran su vida en Castilla, entre otras cosas porque allí las cortes eran débiles y, por lo tanto, los monarcas no iban a tener problemas a la hora de ser obedecidos.

Importancia de los Reyes Católicos en la historia de España.

Aparte de los ya dicho, los Reyes Católicos han tenido una enorme importancia en nuestra historia debido a lo siguiente:

-Fueron reyes mucho más poderosos que cualquier otro rey peninsular de la Edad Media. No debemos olvidar que, para llegar al trono, ambos tuvieron que librar largas guerras en sendos reinos; tuvieron que luchar a brazo partido para someter a la nobleza pero al fin consiguieron ser obedecidos por ésta. Así, con ellos acaba en la Península la débil monarquía feudal y se inicia la monarquía autoritaria, típica de la Edad Moderna.

-Los Reyes Católicos no sólo unieron sus reinos. También conquistaron Granada y Navarra (esta última la conquistó Fernando una vez muerta Isabel) y gracias a ello su corona llegó a ser una gran potencia en Europa. Nunca se atrevieron a conquistar Portugal pero sí casaron a dos de sus hijas con el monarca luso, pensando que en un futuro este reino podría unirse a sus dominios. También casaron a sus otros hijos con príncipes y reyes de Inglaterra, Austria y Borgoña, intentando siempre controlar nuevos territorios gracias a estas alianzas matrimoniales.

-Por primera vez los territorios de Castilla y Aragón fueron administrados y organizados de manera razonable: los reyes hicieron que sus leyes fueran obedecidas en todas partes tanto por nobles como por no nobles. Además, crearon nuevas instituciones y órganos de gobierno (consejos, corregidores, virreyes), lograron recaudar impuestos en todo el territorio, formaron por primera vez un ejército moderno y una policía dedicada a acabar con los bandidos en todos sus reinos: la Santa Hermandad. Incluso fueron capaces de controlar a la Iglesia (lograron controlar el ordenamiento de obispos y altos cargos). Por último, al expulsar de España a los judíos y luego a los moros consiguieron también la uniformidad religiosa de todos sus súbditos.

-Finalmente, los Reyes Católicos los Reyes Católicos lucharon contra Francia y le arrebataron a este país dos territorios que antes habían pertenecido a la Corona de Aragón: Rosellón y Cerdaña. También conquistaron las Canarias y Melilla, y participaron en el descubrimiento de América.

-Por desgracia, se despreocuparon por completo de la agricultura peninsular y nunca favorecieron los intereses de la burguesía castellana: la lana de las ovejas merinas siguió exportándose a Inglaterra y Flandes, mientras los fabricantes de paños castellanos veían como poco a poco sus negocios se iban hundiendo.

LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA. SUS CONSECUENCIAS.

El siglo XV es la era de los grandes descubrimientos geográficos: por una parte, los portugueses fueron recorriendo durante años la costa atlántica de África hasta llegar a la India en 1496. Por otra, Colón, gracias a un afortunado error, descubrió un nuevo continente. La conquista de América convirtió a la Corona de España en el mayor imperio colonial de su época: un país en cuyos dominios “no se ponía el sol”. Fueron conquistas rapidísimas, espontáneas, a menudo realizadas en un principio a espaldas del rey y efectuadas por un pequeño número de hombres. Sin embargo, estas expediciones acabaron destruyendo los vastísimos imperios azteca, maya e inca (en realidad, desde hacía siglos venían padeciendo una profunda crisis).

Desgraciadamente, la conquista de América no trajo a España el beneficio esperado, sobre todo porque las riquezas del nuevo continente nunca se explotaron a conciencia, con la excepción del oro y de la plata. E incluso en este caso, la llegada de metales preciosos a Europa fue contraproducente, porque el mercado europeo se saturó de tanta moneda y, en consecuencia, el dinero perdió valor: los precios subieron muchísimo y eso provocó una grave crisis en toda Europa. Por si fuera poco, la inflación fue aún mayor en España porque nuestro país tenía una agricultura y una industria muy atrasadas e incapaces de producir lo suficiente para los españoles y menos aún para los colonizadores que vivían en América: exceso de moneda y escasez de productos hicieron que los precios subieran aún más. Además, la plata y el oro americanos a menudo sólo servían para pagar las enormes deudas que, como luego veremos, los reyes de España habían contraído con los banqueros alemanes e italianos.

La conquista y la colonización de América provocaron un auténtico desastre entre la población indígena; se habla incluso de un genocidio que acabó con la vida de millones de personas. Esta catástrofe pudo deberse a lo siguiente:

-Los españoles llevaron a América enfermedades y virus mortíferos para los indígenas, que no estaban inmunizados.

-La llegada de los españoles cambió por completo la forma de vida de los nativos y provocó en ellos una “desgana vital” que hizo que descendiera la natalidad.

-Los indios, aunque en principio eran considerados hombres libres y súbditos de la Corona Española, en realidad eran esclavizados por los colonizadores mediante el sistema de las encomiendas. Se les sometía a durísimos trabajos agrarios y mineros y se les maltrataba de manera sistemática.

A pesar de las críticas de muchos intelectuales y teólogos (Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas) la situación siguió empeorando hasta el punto de que hubo que llevar esclavos africanos a América para compensar la gran cantidad de mano de obra que moría víctima de los malos tratos.

EL REINADO DE LOS AUSTRIAS.

La casa de Austria fue la dinastía que gobernó España durante los siglos XVI y XVII y estuvo formada por cinco reyes que eran a la vez descendientes de los Reyes Católicos y de los Habsburgo austríacos. Acostumbramos a dividir a estos reyes en Austrias Mayores (Carlos I y Felipe II) y Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II).

Este período de nuestra historia posee las siguientes características:

-Gracias a sus matrimonios estos reyes han logrado formar un enorme imperio. Esto convierte la Corona Española en la mayor potencia de su época.

-Los Austrias son reyes autoritarios pero no reyes absolutos: aún no se atreven a anular las leyes, fueros e instituciones que existen desde hace siglos en los distintos reinos peninsulares. De hecho, en esta época España no es aún una nación unificada, porque siguen existiendo los antiguos reinos medievales: Castilla, Aragón, Navarra, además de otros como Austria, Flandes, etc.

-A pesar de esto, Castilla sigue siendo el centro del imperio: en Castilla viven los reyes, y los altos cargos políticos están en manos de castellanos. Eso molesta mucho a los habitantes de la Corona de Aragón, que se sienten discriminados y consideran, en definitiva, que el imperio de los Austrias es, en realidad, un imperio castellano.

-Ante todo, los Austrias están empeñados en mantener su poderío, en seguir siendo la gran potencia europea cueste lo que cueste, incluso sacrificando los intereses de los propios habitantes de la Península. Pero sus deseos resultan ser muy caros: para mantener un gran imperio es necesario eliminar rivales y, por desgracia, muchas veces hay que llegar a la guerra con otros países. Curiosamente, las larguísimas guerras de los Austrias no son pagadas por Aragón ni por Nápoles, Austria, Flandes o cualquiera otro de los dominios de estos reyes. Solamente Castilla paga. En Castilla las cortes siempre han sido muy débiles; nunca se han atrevido a negarle nada al rey, y por lo tanto los Autrias acaban sacando de Castilla todo el dinero que quieren. Además, Castilla es un reino muy atractivo, ya que a él llegan grandes cantidades de oro y plata procedentes de América. Lamentablemente, con esta política los Austrias acabarán arruinando Castilla.

-Estos reyes jamás se preocupan de proteger la economía peninsular, pues están demasiado preocupados con sus guerras constantes. Nunca apoyan a la burguesía castellana. Al contrario; permiten que la lana se siga exportando en vez de quedarse en Castilla, donde podría venderse barata a los fabricantes de paños. Estos últimos tienen que comprar carísima su propia lana. Sus productos se encarecen y resultan poco competitivos. Con el paso del tiempo los negocios se hunden. Castilla pudo tener una artesanía y un comercio florecientes, pero todas esas esperanzas se vinieron abajo por culpa de una política nefasta.

Los Austrias Mayores. Carlos I y Felipe II.

1.a. Carlos I.

Su herencia:

-De su abuela materna, Isabel la Católica: Castilla, Ceuta, Melilla y los territorios americanos.

-De su abuelo materno, Fernando de Aragón: Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares, Sicilia, Cerdeña, Nápoles, Atenas, Neopatria, Rosellón y Cerdaña.

-De su abuela paterna, María de Borgoña: Bélgica, Holanda y el Franco Condado.

-De su abuelo paterno, Maximiliano de Austria: archiducado de Austria.

-Aparte de todo esto, Carlos I conquista Milán y logra ser proclamado emperador del Imperio Alemán.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que Carlos I es rey de España, pero no es un rey español ni castellano. Nace y es educado en Flandes y cuando llega a la Península por primera vez, con tan sólo dieciocho años, ni siquiera sabe hablar castellano. La mayor parte de su reinado lo pasa fuera de España. Para él nuestro país es tan sólo uno más de sus dominios. Con el paso del tiempo, Carlos I se va acercando cada vez más a Castilla, e incluso asegura que este territorio es el más querido de todos sus reinos. Pero ese cariño es siempre interesado: es fácil sacar dinero de Castilla, pues las cortes son tan débiles que rara vez le niegan nada al rey.

Los primeros veinte años de su reinado Carlos los pasa luchando contra Francia, su ancestral enemigo. Al menos estas largas guerras resultan victoriosas y de ellas nuestro rey obtiene el Milanesado. Por supuesto, los gastos de la contienda los paga siempre Castilla. Después de esto el emperador continúa guerreando otros veinte años contra los príncipes protestantes alemanes (Carlos permanece siempre fiel al papa y no puede consentir que en sus dominios haya protestantes). Pero pierde estas guerras y no tiene más remedio que permitir el luteranismo en Alemania. Una vez más, Castilla ha corrido con todos los gastos. Pero no basta con eso, porque Carlos necesita más de lo que Castilla puede dar y no duda en endeudarse hasta los dientes, llegando a estar al borde de la bancarrota.

No obstante, al principio de su reinado Castilla se resiste a ser expoliada. Cuando Carlos llega a España, siendo poco menos que un adolescente, la burguesía y la pequeña nobleza castellana se le echan encima: no están dispuestos a admitir a un rey extranjero, que da los mejores cargos a sus amigos flamencos, que no se preocupa apenas por la economía castellana y que sólo piensa en sacar dinero de las arcas de Castilla (y hay que tener en cuenta que necesita mucho dinero porque desea ser elegido emperador de Alemania). En 1521 estalla la rebelión en varias ciudades castellanas (precisamente en aquellas que, como Toledo, Segovia o Ávila tienen una burguesía fuerte). Los rebeldes exigen que el rey vele de verdad por los intereses de Castilla y que deje de sacar dinero del reino: son las llamadas Comunidades de Castilla. Por desgracia, los comuneros pierden la guerra. Carlos I se impone en unos dos años. Una vez fuera de juego los rebeldes, el monarca tiene libre el camino: en adelante nadie se opondrá a sus deseos y podrá obtener de Castilla toda la riqueza que haga falta.

Por último, hacia el final de su reinado, Carlos I decide dividir el imperio en dos partes: la parte oriental del mismo es entregada a su hermano Fernando de Habsburgo y la parte occidental a su hijo Felipe II.

2.a. Felipe II.

A diferencia de su padre, Felipe II sí nace y es educado en Castilla, y casi nunca se mueve de este reino. Tenemos por fin un rey español. Pero desgraciadamente su política es tan cara y perjudicial como la de su padre. Además, en el caso de Felipe II son más las guerras perdidas que las ganadas:

-Interviene sin necesidad en las guerras de religión francesas apoyando a los católicos (al final ganarán los protestantes).

-Se le rebelan los protestantes holandeses sin que sea capaz de solucionar la situación.

-A manos de Inglaterra sufre la humillante derrota de la Armada Invencible: no podrá impedir que los piratas británicos continúen abordando los barcos españoles, ni que se apoderen de sus cargamentos de oro y plata.

-Al menos vence a los turcos en la Batalla de Lepanto y consigue así limpiar el Mediterráneo de piratas turcos. También consigue ser nombrado rey de Portugal.

-Desgraciadamente, la política, cada vez más autoritaria de Felipe II hace que las relaciones entre Castilla y la Corona de Aragón sean cada vez peores (caso de Antonio Pérez).

Ya hemos dicho antes que Carlos I estuvo al borde de la quiebra. Su hijo, en cambio, se declara en bancarrota no una sino cuatro veces. Es ahora cuando empieza a notarse la subida de los precios y cuando empieza para Castilla una crisis profundísima. A la vez, Felipe II es un monarca intransigente en cuestiones religiosas, que persigue violentamente a protestantes y a judaizantes, y que cierra las puertas de España a cualquier tipo de contacto con el extranjero: hay que evitar por todos los medios que en España entren las ideas luteranas. Así, en adelante los habitantes de la Península no podrán viajar a países protestantes ni estudiar en universidades extranjeras.

Los Austrias Menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II.

Nos encontramos ante tres reyes de personalidad débil, sin capacidad para el mando, y que prefieren dejar el gobierno de sus reinos en manos de hombres de confianza llamados validos. De entre los validos más importantes de la época, debemos destacar al Duque de Lerma, consejero de Felipe III y sobre todo al Conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV.

-Felipe III ha sido considerado posiblemente el rey más inútil de la historia de España. Su reinado coincidió con una época de paz internacional que podría haber sido aprovechada para restaurar la maltrecha economía española. Pero nuestro rey no hizo nada. Dejó todos los asuntos del reino en manos del duque de Lerma y éste resultó ser un personaje sin escrúpulos. El poco dinero del estado fue a parar a su bolsillo y al de sus parientes y amigos. La bancarrota continuó durante muchos años porque, además, por culpa de los piratas ingleses la entrada de oro y plata americanos había quedado cortada. Además, este rey acabó expulsando de España a los moriscos porque le interesaba encontrar un culpable, un chivo expiatorio sobre quien recayeran todos los males del país.

-Felipe IV fue también un hombre débil y dejó el gobierno de su imperio a otro valido: el conde-duque de Olivares. Al contrario que Lerma, Olivares sí se preocupó por los asuntos del país. Pero desgraciadamente para él, antes que el bienestar de los castellanos, estaba el imperio. España tenía que seguir siendo una gran potencia aún a costa del sacrificio del pueblo. Con tal pensamiento, Olivares decidió meterse en una guerra internacional para ayudar a sus parientes, los reyes de Austria: la Guerra de los Treinta años. Esta larguísima guerra costó demasiado a Castilla y desgraciadamente la perdimos. El resultado de esto fue que hubo que darle la independencia a Holanda y entregar a Francia el Rosellón y la Cerdaña. Definitivamente la Corona de España dejaba de ser la gran potencia europea. Por si fuera poco, en medio de la guerra Olivares pensó que la Corona de Aragón y Portugal debían pagar también los gastos de la guerra, pues Castilla estaba exhausta, ya no podía pagar más. Portugueses y catalanes se negaron a pagar, pues consideraban que aquella guerra sólo beneficiaba a Castilla; sólo se hacía para la grandeza de Castilla. La presión del conde-duque hacia estos territorios fue tan grande que al final Portugal y Cataluña se rebelaron contra el rey. Portugal consiguió la independencia y a Cataluña poco le faltó. No obstante, aunque Olivares consiguió vencer a los catalanes, no les castigó, sino que permitió que siguieran conservando sus fueros y leyes tradicionales.

-Por último, Carlos II fue el más débil de los Habsburgo. Un hombre siempre enfermo, probablemente retrasado mental, víctima de los múltiples matrimonios consanguíneos de los reyes de España. En esta época la crisis toca fondo; ya ni siquiera llega el oro y la plata de América. Los validos del rey siguen embolsándose el dinero de Castilla sin ninguna vergüenza. Incluso nuestra cultura y arte decaen. Por si fuera poco, este rey muere sin descendencia, dejando vacío el trono de España. Eso provocará una nueva guerra internacional y con ella, España perderá todo su imperio en Europa.

LOS PRIMEROS BORBONES. EL ABSOLUTISMO Y LA ILUSTRACIÓN.

El ascenso de los Borbones al trono español y la Guerra de Sucesión.

Antes de morir, Carlos II dejó el trono de España a un príncipe francés, Felipe de Anjou, nieto del rey de Francia, Luis XIV. Aunque Felipe V fue muy bien aceptado por los castellanos, lo cierto es que los Habsburgo de Austria, parientes muy cercanos de los monarcas españoles, pusieron el grito en el cielo, pues consideraban que el trono español debía ser para ellos. Así, los Habsburgo declararon la guerra a Francia y a Castilla, pero fueron también apoyados por los tradicionales enemigos de la corona española, Inglaterra y Holanda. Curiosamente, la Corona de Aragón, al contrario que Castilla, no apoyó a Felipe de Anjou sino a los Habsburgo. Y es que la familia de Felipe (los Borbones) era una familia muy absolutista: los catalanes y los aragoneses se temían que, de ganar la guerra los Borbones, seguramente les quitarían sus propias leyes y fueron y les obligarían a obedecer las leyes castellanas. Por eso prefirieron ayudar a los Habsburgo.

La guerra terminó de la siguiente manera: Felipe V acabó siendo reconocido como rey de España pero a cambio perdió todos sus territorios europeos. Tuvo que ceder Bélgica a los holandeses, tuvo que darle a los Habsburgo todas sus posesiones italianas (Sicilia, Cerdeña y Nápoles, territorios de la Corona de Aragón desde hacía siglos) y a los ingleses se les tuvo que contentar regalándoles Menorca y Gibraltar. Definitivamente, el Imperio Español había muerto. Ahora bien, la Corona de Aragón debía ser castigada, por haberse opuesto a Felipe V. Así, cuando el rey entró por fin el Cataluña, suprimió todas las leyes, fueros e instituciones de la Corona de Aragón; sus habitantes fueron obligados a obedecer las leyes castellanas y a pagar igual que Castilla (Decretos de Nueva planta). Sólo Navarra y el País Vasco conservaron sus leyes tradicionales.

La política absolutista de los Borbones.

En realidad, es probable que tarde o temprano los Borbones hubieran impuesto las leyes castellanas a todo el territorio español. No debemos olvidar que los Borbones son los primeros reyes verdaderamente absolutistas que tiene España. Estos monarcas siempre pensaron que para que existiera un auténtico estado era necesario que toda la población obedeciera una misma ley: la multitud de leyes, instituciones y sistemas de impuestos que tenía España era un verdadero lío, un auténtico atraso con el que había que terminar. Por supuesto, Cataluña nunca aceptó ser privada de su independencia y tener que pagar los mismos impuestos que el resto de España. Esta situación daría lugar, al cabo de un siglo y medio, al nacimiento del nacionalismo catalán.

Con los Borbones nuestro país dejó de ser un gran imperio y se convirtió en una potencia de segunda categoría. Pero gracias a eso ya no tenía que estar siempre en guerra con media Europa, con lo cual el dinero de España se quedaba en España y podía ser utilizado para reponer la economía del país. Así, con los primeros Borbones (Felipe V, Fernando VI y Carlos III). Se inicia una etapa de crecimiento económico que coincide además con la época de la Ilustración, sobre todo en tiempos de Carlos III. Gracias a eso nuestra población crece (mejoran los caminos y el transporte, por lo cual los alimentos llegan mejor a todas partes) y nuestra economía empieza a recuperarse, aunque muy lentamente y siempre a la cola de Europa.

Curiosamente, Cataluña es la región más beneficiada de estas reformas. Con los Borbones han desaparecido los antiguos reinos medievales, ya no existen Castilla y la Corona de Aragón sino sólo España. Pero gracias a eso las colonias americanas pertenecen por igual a toda España y también los habitantes de la Corona de Aragón pueden comerciar con América. Todos los puertos españoles son abiertos al comercio con las colonias y así, Barcelona recupera por fin el esplendor que perdió hace doscientos años. Cataluña crece mucho más que el resto de España gracias en parte a su tradición burguesa, que en realidad nunca había muerto del todo y a las mejores condiciones de sus campesinos, que tienen suficiente poder adquisitivo como para comprar los productos de elabora la burguesía.

En conjunto, podemos decir que, durante el siglo XVIII España crece pero no tanto como los países de Europa occidental. Nuestro ritmo de crecimiento es más lento porque los casi doscientos años de gobierno de los Austrias han dejado a España en la ruina. Además, gran parte de nuestro país carece de tradición burguesa, o bien ésta es muy débil. Además, el interior de España tiene malas comunicaciones y tierras no muy fértiles. Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura siguen en poder de señores feudales, y en estas regiones los campesinos sufren muy malas condiciones.

Por lo demás, los Borbones están dispuestos a hacer reformas, pero siempre con un límite. Desde luego no piensan tocar los privilegios de la nobleza. La tierra del señor feudal es intocable, está amortizada y nada ni nadie puede quitársela. Por desgracia, eso es un verdadero atraso para la economía española, un lastre con el que España va a cargar durante todo el siglo XIX.

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