La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema

 

 

 

La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema

 

Ayúdanos a hacernos saber Larapedia.com informó a un amigo / amiga o marcado nuestro sitio web en tu blog o foro marcadores sociales como Facebook eTwitter, gracias

 

Los siguientes textos son propiedad de sus respectivos autores y les damos las gracias por la oportunidad que nos brindan para presentar gratis a estudiantes, profesores y usuarios de la Web para sus textos ilustrativos con fines educativos y científicos.

 

 

 

La información en la medicina y la salud en este sitio es de carácter general y para propósitos informativos solamente y por lo tanto no puede sustituir en ningún caso el consejo de un médico (o una persona legalmente autorizada para la profesión).

 

 

 

 

 

La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema

 

LA PREHISTORIA Y LA EDAD ANTIGUA

 

2.1. El proceso de hominización en la Península Ibérica: Nuevos hallazgos.

Entendemos por hominización el proceso evolutivo experimentado por el ser humano a lo largo de la Prehistoria, período que datamos entre la aparición del primer Homo en África Oriental (2´5 m.a. aprox.) y el surgimiento de la escritura (3.000 a.C. aprox.). Europa sufría entonces el intenso frío del Pleistoceno, lo que explica que los primeros homínidos se refugiaran en las áreas más meridionales más cálidas, entre ellas la Península Ibérica. En este contexto destaca fundamentalmente el yacimiento de Atapuerca, en Burgos, cuyo hallazgo más destacado se produjo en 1994 en la llamada “Gran Dolina”, en la que se encontraron restos de un antepasado desconocido hasta el momento, el Homo Antecessor, de unos 800.000 años, a buen seguro descendiente del Homo Ergaster africano, pero con rasgos suficientemente diferenciados para hablar de un nuevo tipo. Todo apunta a que el Antecessor era alto y fuerte, con un cerebro pequeño y practicaba el canibalismo. También en Atapuerca se localiza la “Sima de los Huesos”, yacimiento con fósiles humanos de unos 300.000 años de antigüedad que pertenecerían al Homo Heidelbergensis. Seguidamente, en torno a 80.000-50.000 años atrás se distribuiría por toda Europa, Próximo Oriente y Asia Central el Hombre de Neanderthal, si bien nuestra especie no es descendiente directa de este. Cabe consignar finalmente la aparición en la Península del Homo Sapiens Sapiens u Hombre de Cromañón, subespecie del homo actual a la cual pertenecemos, hacia el 40.000 a. C. Precisamente en torno a la llegada de estos primeros humanos que colonizaron el continente europeo existen dos grandes teorías: los partidarios de la llegada de estos a través de Asia por los Balcanes y cruzando los Pirineos y los que sostienen el paso del Estrecho, algo más complicado ante el más que probable desconocimiento de la navegación en aquellas fechas.

Cabría señalar finalmente que el conjunto de estas especies se desarrollaron en una gran etapa de la Prehistoria conocida como Paleolítico, un período que se extiende ente la aparición del Homo y el surgimiento de la Agricultura (hacia el 10.000 a. C.) en el que el ser humano fue eminentemente un cazador-recolector nómada capaz de construir y manejar útiles de piedra.

2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios, griegos y cartagineses.

Entre los siglos VIII-III a. C., anteriores a la dominación romana de la Península, asistimos a la denominada Edad de Hierro, período protohistórico en el que se configuran varias culturas indígenas con distintos grados de desarrollo y de relación con los pueblos del Mediterráneo. Estos pueblos autóctonos prerromanos pueden agruparse en tres grandes conjuntos: los celtas, los celtíberos y los íberos. Los celtas, de origen mayoritariamente indoeuropeo, se localizaban en zonas del noroeste peninsular. Dominaban la metalurgia, vivían de la ganadería y se asentaban en construcciones fortificadas conocidas como castros. Galaicos, astures y vetones son algunos de estos pueblos, significando en el caso de los últimos restos tan conocidos como el de los toros de Guisando (Ávila). En la franja oriental de la Submeseta Norte hallamos a los celtíberos, como los arévacos, que fueron cotizados mercenarios en los ejércitos de la época. Finalmente, en el este y sur peninsular encontramos a los íberos, como los turdetanos, pueblos fundamentalmente agrícolas a los que se les conoce jefes de tribu, aristocracia y ritos ceremoniales, dejándonos hallazgos arqueológicos tan célebres como las damas de Baza y Elche. Cabe mencionar finalmente la existencia de una cultura indígena con notable desarrollo a partir de la influencia fenicia: Tartessos, artífice de importantes ritos y tecnologías de signo oriental, además de lujosos ajuares como los de la Aliseda y el Carambolo.

A partir del siglo VIII a. C. los habitantes de la Península convivieron con pueblos alfabetizados como los fenicios, los griegos y los cartaginenses. En líneas generales los tres perseguían intereses comerciales, los metales peninsulares y el asentamiento de colonias estables. Fuentes romanas nos citan a los fenicios como los primeros colonizadores. Procedentes del Líbano y fundadores de enclaves como Cartago, en la Península fundaron en el siglo VIII Gades, Malaca y Sexi. Además introdujeron manufacturas de lujo, productos exóticos y tecnologías desconocidas por los nativos. Los griegos focenses atracaron en la Península hacia el s. VII a. C. y fundaron enclaves como Ampurias y Rosas. Junto con los fenicios introdujeron el cultivo de la vid, el olivo y las primeras monedas acuñadas en la Península. Finalmente los cartagineses hacen acto de aparición en el s. VI a.C. Reclutarán mercenarios entre la población nativa y exportarán desde la Península hacia Oriente salazones de pescados y el apreciado garum. Ya en el s. III a. C. la Península se convierte en escenario de conflicto entre las dos potencias que se disputaban el control del Mediterráneo: Cartago y Roma, que dirimen su rivalidad en las denominadas Guerras Púnicas, tras las cuales constatamos el comienzo de la presencia romana en la Península.

2.3. Conquista y romanización: La pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica.

Hacia el s. III a. C. la Península va a convertirse en escenario de conflicto entre las dos potencias que se disputaban el control del Mediterráneo: Cartago y Roma, que dirimen su rivalidad en las denominadas Guerras Púnicas, tras las cuales comenzará a ser efectiva la presencia romana en la Península:

a) La suplantación de Cartago y la ocupación del área ibérica (218-197 a. C.): Concretamente en la II Guerra Púnica (218-201) tras la derrota de Aníbal a manos de Escipión se inicia la ocupación romana de la Península, centrada inicialmente en el sur y el levante.

b) Organización provincial y sometimiento del interior (197-154 a. C.): Después de la derrota cartaginesa, la presencia militar romana será permanente. Atraídos por los recursos peninsulares el Senado romano decide en el año 197 a. C. dividir la Península en dos grandes provincias: la Citerior al norte y la Ulterior al sur. Este hecho facilitó enormemente a Roma la recaudación de impuestos en Hispania a partir de la creación de ciudades.

c) Las guerras celtíbero-lusitanas (154-133 a. C.): El sometimiento peninsular será paulatino y no estará exento de algunas oposiciones autóctonas como las de los lusitanos y los celtíberos, entre los que cabe destacar respectivamente a figuras como las del principal caudillo lusitano, Viriato, y asedios como el de Numancia.

c) Las guerras civiles (133-31 a. C.): Tras un período de relativa calma la Península adquirió un protagonismo destacado en las guerras civiles que se desencadenaron en Roma y acabaron con la República y la proclamación del Imperio.

d) El sometimiento de las montañas del Norte (31-19 a. C.): El principal beneficiado de las contiendas civiles no fue otro que el primer emperador de Roma, Augusto, quien completaría la conquista de Hispania sometiendo los reductos del norte: galaicos, cántabros y astures.

De manera casi paralela a la conquista asistimos a la denominada romanización, proceso histórico iniciado en la Península hacia el s. III a. C. mediante el cual la población indígena, especialmente la del área ibérica (zona levantina y meridional) asimiló los modos de vida romanos en diversas facetas (lengua, religión, obras públicas, derecho, administración, urbanismo…). Se trata básicamente de un fenómeno de aculturación que no fue homogéneo ni en el tiempo ni en el espacio y que en lo estrictamente cultural destaca sobre todo por:

a) La Latinización. Si bien las lenguas autóctonas de la Península pervivieron, el latín se convierte progresivamente en lengua utilizada para el derecho, la ciencia y las manifestaciones culturales, constituyéndose a su vez en la base de las lenguas romances. Asimismo cabe significar a diversas figuras hispanas en zonas de la Bética, donde destacarán el maestro del estoicismo Séneca, el poeta Lucano, el agrónomo Columela y el geógrafo Pomponio Mela, entre otros; y el Valle del Ebro, cuna del retórico Quintiliano y el poeta satírico Marcial.

b) La Cristianización. Los romanos respetaron inicialmente los cultos locales y se decantaron por el sincretismo religioso. Más tarde, para aumentar la lealtad hacia el emperador, Octavio implantó el culto a su persona como una divinidad. A partir del s. I d. C. llegaron a Hispania los cultos mistéricos del Mediterráneo Oriental y ya para el s. III d. C. se tiene constancia de la presencia de los primeros cristianos en la Península. Estos, al negarse a adorar los ídolos imperiales, se convirtieron en enemigos del Imperio Romano susceptibles de ser perseguidos. No obstante, seguirá implantándose hasta su adopción por Constantino I y su conversión en religión del estado por Teodosio en el s. IV d. C., surgiendo al mismo tiempo distintas sectas contestatarias como el arrianismo y el priscilianismo.

c) Obras públicas. Muy por encima de la arquitectura religiosa, entre la que destacaron los templos, los romanos sobresalieron por la construcción de obras públicas que respondían a sus necesidades militares y urbanas, al tiempo que cumplían una fuerte labor propagandística del poderío del Imperio. Las vías militares, los puentes como el de Alcántara y acueductos como los de Segovia, Mérida y Tarragona daban fe de ello. Asimismo, dentro de la arquitectura civil, fueron también grandes maestros de edificios para la representación de espectáculos, entre los que cabría destacar el teatro de Mérida y los anfiteatros de Tarragona, Mérida e Itálica.

2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: Instituciones y cultura.

A partir del siglo III d. C. constatamos la decadencia del Imperio Romano a raíz de varias circunstancias entre las que se encuentra la presión de los pueblos bárbaros. En la Península destacaremos a partir del 409 d. C. la instalación de tres pueblos germánicos venidos desde el Rin: suevos, vándalos y alanos, cuya presencia intentó contrarrestar Roma estableciendo un pacto con los visigodos, pueblo bárbaro muy romanizado procedente de la zona del Danubio, para que los sometiera y expulsara. El principal impulsor de la consolidación del reino visigodo en la Península no fue otro que su rey Leovigildo (569-586 d. C.) desde Toledo. Este pretendió afirmar el estado visigodo aglutinando a los hispanorromanos y visigodos en torno a una monarquía fuerte y hereditaria. Dicho propósito fracasó, pudiendo hablar de una profunda inestabilidad marcada por el derrocamiento o asesinato de más de la mitad de los reyes visigodos, quienes eran elegidos por los magnates, cargo al que solo podían aspirar nobles distinguidos (duques, condes, gardingos). Para su gobierno, el monarca se servía de una institución inspirada en el tradicional consejo de ancianos visigodo, el Aula Regia u Palatina (también denominada Oficio Palatino, aunque hay fuentes que señalan que el Oficio sería parte del Aula, la propia terminología original parece indicar que se trataban de la misma entidad: aulae regalis officium  o palatinum officium). Básicamente consistía en una asamblea consultiva integrada por magnates que asesoraban al rey en cuestiones políticas, militares y legislativas.

En el plano de la administración territorial, los visigodos respetaran la división provincial romana al frente de un gobernador o duque y supieron hacer frente a los núcleos subversivos que se les oponían al noroeste (suevos), al norte (vascones) y al sur (bizantinos). Por su parte, en el terreno legislativo, promovieron una serie de iniciativas que armonizaron el derecho romano con aportaciones visigodas, destacando compendios de legislación como el Breviario de Alarico o el Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo de Chindasvinto y Recesvinto.

Los monarcas visigodos pretendieron también someter a la Iglesia católica hispánica, si bien ellos tuvieron una adscripción arriana hasta que Recaredo I se convirtiera al catolicismo y promoviera una Iglesia católica nacional a partir del III Concilio de Toledo en el 589 d.C. A partir de entonces, dichos concilios, hasta la fecha esencialmente asambleas eclesiásticas, se convirtieron en una institución de gobierno más junto al rey y la nobleza a través de sus prelados. Empero, a pesar de todos los esfuerzos por consolidar un estado independiente sólido, la inestabilidad no cesó y a principios del s. VIII d.C. el Islam comenzó a amenazar a un reino en crisis.

Finalmente, en materia estrictamente cultural, el reino visigodo destacó por continuar la tradición latina e imperial romana. Entre las figuras más destacadas estuvieron los eclesiásticos, sobresaliendo la figura de Isidoro de Sevilla (560-636), cuyas Etimologías suponen una recopilación enciclopédica de las ramas del saber de su época. En cuanto al arte, los visigodos constituyen un destacado ejemplo del prerrománico europeo. Concretamente en arquitectura son autores de pequeñas iglesias rurales en el s. VII como las de San Juan de Baños (Palencia), San Pedro de la Nave (Zamora) y Quintanilla de las Viñas (Burgos), que suelen presentar como rasgos característicos los arcos de herradura y los capiteles tallados con escenas bíblicas. Además, fueron grandes maestros orfebres, brillando en este apartado las coronas votivas de influencia bizantina del Tesoro de Guarrazar (Toledo, s. VII).

 

Fuente del documento : http://ficus.pntic.mec.es/jals0026/documentos/t2.doc

Sitio para visitar: http://ficus.pntic.mec.es/jals0026

Autor del texto: no especificado en el documento de origen o se indique en el texto

Palabras clave de Google: La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema Tipo de Archivo: doc

Si usted es el autor del texto anterior y se compromete a no compartir sus conocimientos para la enseñanza, la investigación, la erudición (para uso razonable como indicato en los Estados Unidos copyrigh bajo "for fair use as indicated in the United States copyrigh low"), por favor envíenos un e-mail, y procederemos a eliminar el texto rápidamente.

 

La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema

 

Si desea acceder rápidamente a páginas relacionadas con un tema específico, como La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema utilizar el motor de búsqueda siguiente:

 

 

Visite la página principal

 

 

 

La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema

 

Condiciones generales de "uso y aviso legal

Este sitio no es una agencia de noticias que se actualiza sin ningún tipo de periodicidad, únicamente sobre la base de la disponibilidad del material, por lo que no es un producto sujeto a la disciplina editorial en el arte. 1, párrafo III de la Ley no. 62 de 07.03.2001. Los resúmenes, notas, letras de canciones y citas contenidas en este sitio están disponibles de forma gratuita a los estudiantes, investigadores, profesores, técnicos ilustrativos con fines educativos y científicos con el concepto de uso justo y con miras al cumplimiento de la Directiva Europea 2001/29 / CE y del Derecho. Artículo 633. Dlg 70 y 68. El sitio está dirigido y coordinado por el autor únicamente con fines informativos y educativos. Si bien creemos que las fuentes utilizadas fiable, el autor de este sitio no puede garantizar la exactitud e integridad de la información y por lo tanto se exime de cualquier responsabilidad derivada de los problemas o daños causados ​​por errores u omisiones, si tales errores u omisiones resultantes de negligencia , accidente u otra causa. Todas las notas, citas de los textos e imágenes son propiedad de sus respectivos autores o estudios que poseen los derechos, si los beneficiarios se consideraron dañados por la inclusión de los archivos anteriores en este sitio o se habían introducido inadvertidamente imágenes, información, texto o material con derechos será retirado de inmediato, y / o se hará referencia a las fuentes de la simple advertencia y 'e-mail en la página de contacto.

Los objetivos de este sitio son los avances de la ciencia y las artes útiles porque pensamos que son muy importantes para nuestro país los beneficios sociales y culturales de la libre difusión de la información. Toda la información e imágenes en este sitio se utilizan aquí únicamente con fines educativos, cognitivos e informativos. La información en la medicina y la salud en este sitio es de carácter general y para propósitos informativos solamente y por lo tanto no puede sustituir en ningún caso el consejo de un médico (o una persona legalmente autorizada para la profesión). En este sitio hemos hecho todo lo posible para garantizar la exactitud de herramientas, calculadoras e información, no podemos hacer una garantía ni se hace responsable de los errores que se han hecho, los textos utilizados fueron tomados de los sitios que han puesto en disponible de forma gratuita para darlas a conocer en la web con fines educativos. Si usted encuentra un error en esta página web, o si tiene un texto o herramienta que pueda violar las leyes aplicables de derechos de autor, por favor notifique a nosotros por e-mail y rápidamente lo eliminará.

Para más información importante acerca de los términos de "el uso del sitio y leer las políticas de privacidad cuidadosamente el texto en el siguiente enlace (en italiano):

Termini d' uso e privacy

 

 

 

La prehistoria y la edad antigua en España resumen y tema